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Contra viento y marea: la historia de Lourdes García

  • Foto del escritor: Paola Gómez
    Paola Gómez
  • hace 3 días
  • 3 Min. de lectura

Actualizado: hace 2 días

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Envuelta en sueños, inquieta por devorar el mundo y sobresalir en actividades relacionadas con el arte; momentos que ahora Lourdes García, limitó y algunos se convirtieron en recuerdos que guarda con mucho cariño tras ser detectada con insuficiencia renal a los 17 años de edad.


Una chica que disfrutaba de su adolescencia y actividades del colegio, muy dedicada e influenciada por el amor al arte; se detuvo, porque sufrió derrames faciales, asistió a médicos quienes supusieron que, era producto de una enfermedad en el corazón. Durante este proceso, Lourdes estudiaba secretariado bilingüe y se vio obligada suspenderlo.


García, presentó nuevos síntomas, entre ellos inflamación en sus piernas. Esta anomalía diagnosticó una alteración en los riñones. Recurrió a un nefrólogo, especialista en el tratamiento de enfermedades renales para consultar los procesos a seguir o sí era necesario realizar un trasplante.  


Joshua García, hermano de Lourdes era el donante ideal. Sin embargo, no cumplía con la edad mínima para efectuar la operación. Ella menciona que: pudo ser posible, pero al mismo tiempo era un riesgo. Su sistema inmunológico podría ser más sensible y debía ser muy cuidadosa, porque su metabolismo no sería igual.


Sala personal, elaborada por los padres de lourdes para realizar las diálisis en casa.
Sala personal, elaborada por los padres de lourdes para realizar las diálisis en casa.

Lourdes García, acude a la Diálisis Peritoneal Ambulatoria Continua, método manual donde realiza intercambios (llenado y vaciado de líquidos retenidos en su cuerpo) durante tres a cuatro veces al día. “Aprendí yo sola, porque no tenía quien estuviera conmigo, porque mis papás trabajaban bastante

. De modo que, creo su propia técnica y la compartió con su familia, en caso tuviera alguna emergencia.






Recibió asesoría en la Unidad Nacional de Atención al Enfermo Renal Crónico (UNAERC), quien entrega 14 a 16 cajas con 8 bolsas para la diálisis al mes. Lucrecia Gil de García, madre de Lourdes comparte que es de gran ayuda, porque la salud de su “nena” se encuentra estable; aunque esta propensa a enfermar, cuida su dieta y le acompaña en todo momento.

Lourdes García junto a su mamá, Lucrecia Gil de García.
Lourdes García junto a su mamá, Lucrecia Gil de García.
“Contra viento y marea, con Dios siempre presente. Mantiene una disciplina imparable y sigue las indicaciones que brinda la institución”, declara Lucrecia.




El sueño de García, era ser independiente; estudiar y trabajar. Pero sus planes cambiaron por completo. De ser una persona extrovertida cambio a introvertida, el producto de este comportamiento fue por la sobreprotección de su familia. Ante las adversidades, no se dio por vencida e insistió en terminar el diversificado.


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Retomo la vida que dejó en pausa, hasta participó como candidata a reina en el centro escolar Mixto A.I.V.P.E.M, no era la primera vez que intervenía en estas actividades. En su círculo social, tuvo como sobrenombre “Shakira”, porque el baile era uno de sus dotes. Pese a sus condiciones de salud, obtuvo el puesto de reina y pudo graduarse de secretaria bilingüe. Mantuvo el deseo de aprender, decidió estudiar cursos libres de: cocina, bisutería, idioma francés e inglés.


Pese a sus condiciones de salud, obtuvo el puesto de reina y pudo graduarse de secretaria bilingüe. Mantuvo el deseo de aprender, decidió estudiar cursos libres de: cocina, bisutería, idioma francés e inglés.


Las actitudes de García, inspiraron a su progenitora; Lucrecia, decidió renunciar a su trabajo para estudiar y ejercer la profesión de Naturopata, para ayudar y acompañar a su hija. Aprendió a realizar masajes, terapias alternativas y reflexología. Gustavo García, su esposo no objetó la decisión; agradeció que cuidará de Lourdes, mientras cumplía largas horas trabajo y llevar el sustento del hogar.


“Yo no le pido a Dios que me lleve, sino que me dé fuerzas para salir adelante” es uno de los pensamientos que comparte Lourdes. Ahora tiene 34 años de edad y cumple 17 años de tratamiento, recibió un reconocimiento por UNAERC debido a su valentía, dedicación y esfuerzo. Ante las limitaciones, persiste un espíritu de fortaleza.

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